viernes, 29 de octubre de 2010

Soñando la Libertad


Sueño con el pasado,
con un pasado que no es mio,
no me pertenece, pero lo quiero.
Lo anhelo, me imagino en el,
me sueño dentro de ese sueño pasajero.
En ese sueño real, tangible, creíble.
Ese sueño de unos pocos, de unos locos, dicen.
De unos pocos locos que soñaban, preguntaban y no aceptaban.
Que respondian con preguntas,
antes que con respuestas,
pensaban, calculaban.
Que cuestionaban y se cuestionaban cada paso.
Aquellos que querian y creian poder llevar el mundo para adelante,
Aunque el mundo fuese quien se los llevo por delante.
Esos pocos que tuvieron el valor de abrir los ojos, de ver el mundo
y aun asi, seguir mirando.
Aquellos que abrieron tantas puertas y cerraron tantas mentiras.
Sueño con ser uno de aquellos,
Que soñaban, simplemente, con la libertad.

jueves, 21 de octubre de 2010

Punto y Seguido


Me encanta contar historias, historias reales o no,
Historias fantasiosas o no tanto,
Lindas historias de amor sin finales,
o finales sin historias.
Puntos finales, pero también seguidos.
Esta historia esta llena de puntos seguidos,
Siempre intentaron resistir,
nunca rendirse,
Nadie nunca se atrevió a terminarla,
a dejarla de escribir,
Siempre hay un capitulo mas,
siempre algo mas para contar,
para recordar.
Nadie sabe si en algún momento va a terminar,
o quizás, volver a empezar.
Quizás, alguno se atreva a poner una mayúscula luego de ese punto seguido mentiroso.
En cuanto a mi, nunca me gustaron los finales de las historias,
pocas son felices toda la vida.
Y siempre todo tiene un final, y un precio por pagar,
Por eso, me gustan mucho los cobardes puntos seguidos
Además, permiten dejar un final siempre abierto,
A esta historia de cobardes jugando a enamorarse.

jueves, 14 de octubre de 2010

El Hotelero


Lo conocían como "el hotelero" o el " capataz", pero solo era un hombre, lleno de vida, a pesar de sus sesenta y largos años, pero vacío de dinero. Solo estaba consigo mismo y tenia en su poder, por herencia de la abuela materna, un hotel a medio abandonar, un poco raído por los años, sin gente, ni ocupas, ni espíritus, se hallaba solo, dentro de un viejo y conocido hotel, en las afueras de la ciudad. Bien podría llamarse Hotel Soledad, en cambio lo habían nombrado Hotel Santo Tomas, como su abuelo, aunque el no cumplía el rol de un santo.
Era el único hotel y el único alojamiento en la pequeña ciudad costera de Costa del Mar. Cuentan los oriundos del lugar, que en los fines de los años '60, el hotel fue uno de los más codiciados por las nobles familias de la época, y que siempre desbordaba de gente. El hotel Santo Tomas abría la temporada hacia fines de Diciembre, para quienes querían despedir el año mirando el horizonte con olas, y cerraba sus puertas al público hacia fines de marzo, ya que normalmente el caudal de gente era muy bajo para la época y necesitaban descansar del traqueteo que provocaba Enero y Febrero. El complejo contaba con 60 habitaciones, desparramadas por tres pisos, de las cuales 20 daban al mar, con pequeños balcones, ideales para descansar la vista mirando a la luna, y los otros 40 tenían, también, una excelente vista hacia los grandes campos que rodeaban el hotel y a la piscina, una novedad para esos años. Los cuartos eran realmente amplios, solían tener una cama matrimonial en una pieza, otra pieza con tres camas más, y un considerable living comedor con una mesa y sillones familiares. Todas las habitaciones eran iguales, y eran consideras suites aquellas veinte con vista al mar, generalmente el hotel tenia precios altos, pero relativos a las familias adineradas que pasaban temporadas allí.
Todo lo que recaudaba el hotel era un %80 ganancia para la familia del viejo Vásquez, ya que era atendido por su propios abuelos y tíos, entonces el hotel tenia siempre algo nuevo para ofrecer, ya sea en comodidad o en diversión, luego de unos años lograron agrandar el hall y el living y así poder adaptar dos mesas de pool y dos mesas redondas para jugar al truco o al poker.En esos años no había mejor verano que en Costa del Mar, los jóvenes adoraban ir a ese lugar, transmitía paz y tenían donde divertirse, no como aquellos lugares donde solían frecuentar con sus familias donde no había nada que hacer, ni gente que conocer.
El Hotel tuvo gran reputación hasta principios de los años '80, pero la familia Vázquez fue disminuyendo, y los secretos comerciales del hotel fueron desapareciendo junto a su mística. La primera en abandonar el negocio fue su tan amada Abuela Catalina, ya estaba pasada en años y no pudo sobrepasar una fuerte pulmonía. A partir de ahí el hotel se apago, junto con su abuelo. El viejo Tomas Vázquez no pudo soportarlo por mucho mas, era su perfecta mitad, era su otro engranaje, sin ella no tenia combustible para seguir viviendo, y a los tres meses cayo en cama con una fuerte gripe, y se dejo ir para seguir pasando más tiempo con ella en otro plano.
Era 1985 y los dos abuelos de Andrés Vázquez ya se habían ido, y habían dejado un respetuoso hotel en las manos de sus padres y el, ya que sus tíos les habían vendido su parte, ellos pensaban que sin sus abuelos no había razón para seguir con el hotel, nunca iba a ser lo mismo. Los únicos esperanzados eran sus padres. Estaban muy dolidos, es cierto pero creían que su fin era seguir llevando el nombre de su abuelo en alto, no debían permitir que Santo Tomas termine como uno de esos tantos hoteles de los cuales solo quedan historias, y ruinas.
Desgraciadamente para fines del milenio, Andrés ya estaba solo, sin familiares, solo en el hotel. El nunca pudo mantenerlo en pie, no podía con todo, por eso lo cerro al publico, empezó a vivir allí, vendió los juegos, las mesas de pool, necesitaba dinero para sobrevivir y para tratar de reconstruirlo, todos los días hacía su rutinaria vida, se levantaba a las 7 de la mañana, ponía el agua para el mate, y se iba a caminar con el termo bajo el brazo por la orilla del mar, volvía cuando ya eran las 9 de la mañana y empezaba a reconstruir su pasado hecho hotel, pero Andrés ya tenia sus sesenta años, y a su parecer el hombre mas solo del mundo, sin un trabajo, sin una familia, sin un futuro, solo tenia un pasado, y un hotel,
Su sueño siempre fue volver a ponerlo en acción, volver a ser ese hotel tan codiciado de años pasados, pero la salud no lo ayudaba, caía en cama cada dos semanas con grandes toses y mala respiración, pero siempre, estaba allí a las 9 hs para volver a reconstruir su pasado, crear un futuro y abrirlo para sentír esos años de gloria otra vez, y cuando la vida ya lo deje a la deriva, regalarlo, dejarlo al estado, como pieza única de costa del mar, como una reliquia que fue, y será siempre tan codiciado para veranear.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Realidades Perfectas


Ayer no sabía donde estaba, no me hallaba, me sentía feliz, es cierto,
Pero sigo dudando, si me encontraba en la orilla del mar, mirando el amanecer, o si estaba mirando uno de esos tantos cuadros que mezclan, realidad con creatividad.
Me encontraba muy bien acompañado con mi soledad, tratando de hundirme entre tanta naturaleza, entre tanta belleza
No sabia si era realidad, trataba de no perderme nada de ese rosa raro de las nubes que se produce en el amanecer, mis ojos ardían junto al primer sol mientras que este reflejaba toda su esencia en el sonriente y tranquilo mar.
Aquel mar que despedía, y agradecía a la brillante redondez lunar que se iba por el, todavía, oscuro lado de las nubes.
Y aquella, devolviéndole el gesto, huía a reposar tras las nubes, esperando que llegue su hora y así volver a cuidar de aquel amor nocturno y caprichoso.
Mis ojos aun sorprendidos y agradecidos descreían de aquella sorpréndete naturaleza diaria que se invocaba en cada playa y empezaron
a querer cerrarse, luego de tanta belleza, obligándome a dejar atrás
ese cuadro lleno de realidad.